He tenido a algunos de ustedes salivando en Instagram con mi pastel en las fotos. Para esta tarta con agujeros opté por hacer una masa quebrada porque también queda muy bien en versión dulce y aguanta muy bien preparaciones algo jugosas. La masa no está empapada. También tomé mis precauciones agregando almendras molidas para absorber la humedad de la fruta. El ruibarbo, las grosellas y las frambuesas se mezclan maravillosamente. La relación dulzor/acidez me parece perfecta.
Para 4 personas (un molde de 24 cm):
- 1 masa quebrada (a la que añadí 1 cucharada colmada de azúcar glas)
- 380 g de ruibarbo (alrededor de 3 tallos)
- 100 g de azúcar en polvo
- 2 cucharadas de polvo de almendras
- 1 puñado de frambuesas
- Algunas grosellas (opcional)
- Leche con un poco de azúcar añadido para dorar
1- Pelar el ruibarbo y cortarlo en cubos.
2- Colocarlo en un bol con el azúcar y la almendra molida. Mezclar y dejar durante 1 hora.
3- Mientras tanto, dividir la masa por la mitad. Estirar una mitad para forrar un molde para tarta de 24 cm. Cortar el exceso de masa. Pincha el fondo con un tenedor y colócalo en el refrigerador.
4- Estirar la otra mitad de la masa en un círculo de 26-28 cm.
5- Cortar pequeños círculos de 1 cm con un cortador de galletas sobre toda la superficie de la masa.
6- Coloque la masa plana sobre una hoja de papel pergamino y póngala en el refrigerador por 30 minutos, hasta que se endurezca.
7- Coge tu ensaladera de ruibarbo y añade las frambuesas. Mezcla suavemente.
8- Verter las frutas sobre la base de la tarta. No ponga todo el jugo que la fruta rechazó.
9- Extender unas grosellas.
10- Coge la masa con agujeros y colócala sobre la fruta.
12- Soldar los bordes (usar agua y pellizcar bien las dos pastas).
13- Cortar la masa sobrante.
14- Mezclar un poco de leche con un poco de azúcar y pincelar la masa con esta mezcla.
15- Precalentar el horno a 180°C y hornear durante 30-35 minutos. La masa debe quedar dorada.