Es una tarta que esconde bien su juego, a los que les gusta la mezcla de miel y limón les encantará (¡y si no conocéis este maridaje, os perdéis algo!) porque eso es lo que hace especial a esta tarta: un frío exprés. almíbar (de hecho, jugo de limón mezclado con miel) que empapa el pastel al final de la cocción.
Este sirope le aporta un sabor exquisito (dulce y ligeramente ácido) y una textura fundente.
Inspirado en la receta de Swissmilk.
Para 6 personas :
- 180g de harina
- 150 g de mantequilla blanda
- 4 huevos
- 120 g de azúcar moreno
- 1 cucharadita de polvo de hornear
- 8 a 10 cl de jugo de limón (unos 3 limones)
- 4 cucharadas de miel
1- Batir la mantequilla blanda con el azúcar moreno.
2- Agrega los huevos uno a uno y termina con la harina y el polvo para hornear.
3- Untar con mantequilla un molde desmontable de 24 cm (diámetro máximo, puede ser menor para que sea más grueso).
4- Vierta la masa.
5- Precalentar el horno a 160°C por convección y hornear durante 55 minutos.
6- Mientras tanto, mezcle el jugo de limón con la miel.
7- Cuando el bizcocho esté cocido (la hoja de un cuchillo sale seca), clavar un palillo o la hoja de un cuchillo por todo el bizcocho y verter la mezcla de limón y miel. Dejar en remojo bien antes de desmoldar.