Los primeros guisantes y las primeras alubias me dieron ganas de hacer un risotto de primavera. Muy verde, es alegría para las papilas gustativas y para los ojos.
Creo que la necesidad de verdor se siente cada vez más…
Al servir, agregué unas rodajas de cebolla nueva que aporta un poco de crujido y frescura. Siéntase libre de agregar hierbas también, como menta o cebollino.
Para 2 a 4 personas:
- 50cl de agua + 1 caldo de pollo
- 20cl de vino blanco
- 1 vaso y medio de arroz redondo (20-25cl)
- 2 cebolletas
- virutas de parmesano
- 50 g de guisantes
- 50g de frijoles
- 5-10 cl de nata líquida
- Pimienta molida
1- Trocear las cebollas nuevas, reservar el tallo troceado, y dorar la cebolla en una sartén con un poco de aceite.
2- Agrega el arroz arborio y déjalo por 3-4 min.
3- A continuación añadimos la mitad del vino blanco y bajamos el fuego al mínimo. Cocine hasta que se evapore por completo, revolviendo constantemente.
4- Añadir el resto del vino blanco. Continúe cocinando de la misma manera, revolviendo constantemente durante unos 25 minutos, agregando regularmente el caldo. El arroz debe quedar cocido y cremoso.
5- Mientras tanto, ponga a hervir 2 cacerolas de agua con sal. Sumerja los frijoles en uno y cocine por 5min, y los guisantes en el otro por 3min.
6- Escúrrelas y sumérgelas en agua con hielo para fijar la clorofila. Retire la piel de los frijoles y mantenga las verduras calientes (en un horno, por ejemplo)
7– Cuando esté listo para servir, apague el fuego del risotto, agregue la nata líquida y mezcle.
8- Servir en los platos y añadir las virutas de parmesano, las verduras y unas rodajas de tallos de cebolleta. Dar una vuelta al molinillo de pimienta.