Realmente no me gusta comer ciruelas así, pero cocinarlas en un pastel me encanta. Hice una mezcla de quetsches y ciruelas mirabel. Al final, añadí avellanas tostadas encima, sin olvidar el polvo de avellana debajo de la fruta para evitar que la masa se empape.
Para 6 personas :
- 1 masa quebrada
- 300 g de ciruelas rojas (sin hueso)
- 150 g de ciruelas mirabelle (peso sin hueso)
- 60 g de azúcar de caña
- polvo de avellana
- Unas avellanas tostadas y trituradas
1- Estirar la masa y forrar un molde para tarta de 24 cm de diámetro.
2- Pinchar el fondo de la tarta con un tenedor. Libro genial.
3- Lavar las ciruelas Mirabelle, cortarlas por la mitad y quitarles el hueso.
4- Verter la fruta y el azúcar en una ensaladera. Mezclar y dejar macerar durante 1 hora en la nevera.
5- Espolvorear el fondo de la tarta con polvo de avellana para cubrir la masa.
6- Añadir la fruta encima.
7- Precalentar el horno a 180°C y hornear por unos 30 minutos.
8- Dejar enfriar y añadir las avellanas.