He usado remolacha en un pastel dulce antes, así que ¿por qué no ponerlo en un quiche salado? Le pongo ingredientes que van muy bien y que ya he probado en una ensalada con pesto de remolacha: queso feta, piñones y espinacas baby. Hice una masa sin grasa (o mejor dicho con muy poca grasa) y sustituí la nata líquida por crema de arroz. Sin embargo, puedes tomar una masa quebrada y usar nata líquida sin ningún problema.
El maridaje de esta quiche puede parecer sorprendente, no estamos acostumbrados a comer remolacha caliente, pero es absolutamente deliciosa. La remolacha aporta suavidad, un poco de lado dulce. Nos lo pasamos bomba con esta receta.
Para 4 personas (un molde de 24 cm):
la masa ligera
- 200g de harina T45
- 25 g de harina de castañas
- 25 g de salvado de avena
- 10cl de agua
- 3cl de aceite de oliva
- Sal
la guarnición
- 120 g de remolacha cocida
- 150 g de espinacas tiernas
- 30 a 40 g de queso feta
- 3 cucharadas de piñones
- 20 cl de crema de arroz (departamento orgánico – o crema líquida)
- 2 huevos
- Sal pimienta
Masa de tarta
1- Verter las harinas y el salvado de avena.
2- Añadir aceite y agua. Salpimienta y mezcla con las manos hasta que puedas formar una bola homogénea.
3- Filmar la masa y reservar en la nevera durante 2 horas.
4- Extender la masa sobre una superficie de trabajo enharinada y forrar un molde para tarta de 24 cm.
5- Cortar la masa sobrante.
la guarnición
1- Cortar la remolacha en dados pequeños.
2- Calentar una sartén con un poco de aceite y echar las espinacas baby. Libro.
3- Extender las hojas de remolacha y espinacas en el fondo de la tarta.
4- Mezclar la crema de arroz y los huevos. Sal pimienta.
5- Verter sobre la base de la tarta.
6- Agregue el queso feta desmenuzado encima.
7- Tostar los piñones en una sartén sin grasa.
8- Precalienta tu horno a 180°C y hornea por 30 minutos.