Si no te gusta el amargor de las endibias, quizás te gusten los corazones de sucrina. Se trata de unas lechugas pequeñas (variedad globo romana) que forman una manzana ovalada. Las hojas son muy crujientes. Se pueden utilizar en ensaladas o, como aquí, en un gratinado de jamón crudo y salsa bechamel de leche de soja.
Esta es la primera vez que compro uno (y una de las pocas veces que he encontrado uno, por cierto). No me arrepiento de este pequeño descubrimiento.
Para 2 personas :
- 4 corazones de sucrinas
- 4 rebanadas de jamón crudo
- 4 rebanadas de queso de cabra en un tronco
Besamel
- 45 g de mantequilla
- 45 g de harina
- Leche de soja (unos 40 – 50 cl)
- 2 chalotes
- 2 cucharadas de perejil picado
Besamel
1- Vierta la mantequilla en una cacerola y derrita.
2- Añadir la harina de golpe y mezclar con unas varillas durante un minuto.
3- Verter la leche poco a poco, sin dejar de batir para evitar grumos.
4- Sal, pimienta.
5- Cortar finamente la chalota y añadirla con el perejil a la salsa.
6- La salsa estará lista cuando esté cremosa y cubra una cuchara.
7- Reservar a temperatura ambiente a la espera de preparar las sucrinas.
Sucrinas
1- Retirar las primeras hojas de las sucrinas.
2- Hervir una olla grande de agua con sal y verter en ella las sucrinas. Cocinar de 5 a 6 minutos dependiendo de su tamaño. Verifique que esté listo pinchando el corazón con un cuchillo.
3- Escúrrelos, pásalos por agua fría y apriétalos suavemente entre tus manos.
4- Cortar el pie.
5- Envolver cada sucrina en una loncha de jamón crudo.
6- Vierta un poco de salsa bechamel en el fondo de una fuente para gratinar.
7- Añadir las sucrinas encima.
8- Cubrir con un poco de bechamel y disponer encima las lonchas de queso de cabra.
9- Precalienta tu horno a 200°C y hornea por unos 20 minutos.