Muy fáciles de hacer y sobre todo muy sabrosos, estos pequeños rollos de tortilla se comen muy fríos. Se pueden hacer con antelación y reservar hasta la hora del aperitivo. Personalmente, los serví como plato, una noche, con una ensalada verde al lado y papas hervidas.
Para tener éxito en la tortilla y obtener un buen resultado, es importante que tu sartén sea antiadherente.
Para 8 rollos:
- 3 huevos
- Rúcula
- 2 lonchas de jamón de París
- Unas semillas de amapola (opcional)
- Queso fresco de cabra tipo Chavroux
- Sal pimienta
1- Romper los huevos en un bol y batirlos en una tortilla. Agregue sal y pimienta.
2- Calentar una sartén grande de 28/30 cm de diámetro con un poco de grasa.
3- Vierta los huevos, asegúrese de que cubran toda la sartén para tener una tortilla fina.
4- Dejar cocer a fuego lento sin tocarlo: los huevos coagularán suavemente y se colorearán ligeramente. Cuando la superficie esté completamente seca, deja enfriar la tortilla en el frigorífico.
5- Coge la tortilla y colócala sobre un film transparente. Untar con queso de cabra y espolvorear con semillas de amapola.
6- Añadir las lonchas de jamón para que cubran la tortilla.
7- Añadir hojas de rúcula.
8- Usando el film transparente, enrolle la tortilla sobre sí misma, asegurándose de apretarla bien.
9- Encerrar bien el rollo en el film y dejar en el frigorífico durante 1 hora.
10- Retire el film transparente y corte el rollo en rodajas de 1 cm de grosor y coloque un pico para sujetarlo.
11- Reservar en la nevera o disfrutar inmediatamente.