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Muy rara vez como chuletón. Tengo preferencia por la carne molida o los trozos para hervir a fuego lento. Sabía que esta receta complacería a mi esposo. Así que empecé con una ligera preocupación por el pandeo. Tomé todas las precauciones colocándome en el suelo, lejos de cualquier cosa que pudiera encenderse. La llama era hermosa como nada (pero no demasiado alta).
Al final, es una receta deliciosa, con una salsa que no puedes evitar rociar con pan. Usé una mezcla de granos de pimienta (blanca y negra) con pepitas de sirope de arce que me habían regalado en una caja gourmet. Puedes tomar una mezcla completamente diferente. Te aconsejo que no tomes solo pimienta negra, puede ser demasiado fuerte para comer.
Para servir: pasta, judías verdes, brócoli… ¡Tú eliges!
Para 2 personas :
- 2 solomillos
- 1 cucharadita de granos de pimienta triturados (mezcla de pimienta negra, verde y blanca)
- 3 cucharadas de coñac
- 3 cucharadas de crema espesa
- flor de sal
1- Calentar el horno a 60°C y colocar los platos de servir.
2- Vierta dos cucharadas de coñac en un plato hondo.
3- Remojar los solomillos por ambos lados.
4- Espolvorear por un lado con pimienta molida. Dejar reposar durante 30 minutos a temperatura ambiente.
5- Derretir un poco de mantequilla en una sartén. Cuando comience a formar espuma, coloque la carne, el lado de la pimienta en contacto con la sartén. La cocción es muy rápida y dependerá no solo del grosor del filete sino también de su gusto al cocinar.
6- Dar la vuelta a la carne.
7- Retirar del fuego, verter la última cucharada de coñac sobre la carne, dejar calentar el alcohol durante 3 segundos y flamear con un fósforo (personalmente, prefiero un soplete). Tenga cuidado en este paso.
8- Cuando termine el flambeado, retira la carne (reserva en tu horno ligeramente tibio).
9- Añadir la nata a la sartén y volver al fuego. Mezcla la salsa.
10- Sirve el solomillo, cubre de salsa, añade flor de sal y en el último momento un poco más de pimienta molida. También puedes añadir un poco de perejil.
