Un poco de dulzura para disfrutar solo o para compartir. Es una nueva versión de mis caramelos de caramelo que hago todos los años. Esta vez, los sazoné con jengibre, una especia que cocino bastante en este momento. Los dos sabores combinan deliciosamente, el jengibre aporta una nota especiada que despierta la dulzura del caramelo.
Para 15 caramelos:
- 100 g de azúcar en polvo
- 60 g de nata líquida
- 65 g de mantequilla
- 1 cucharada colmada de jengibre fresco picado
1- Vierta el azúcar en una cacerola y derrita hasta formar un caramelo.
2- Mientras tanto, calentar la nata y verterla poco a poco en el caramelo, removiendo constantemente.
3- Retire del fuego, agregue la mantequilla y el jengibre y mezcle con un batidor.
4- Cuando la mezcla esté homogénea, volver a poner al fuego y llevar a ebullición durante 3-4 minutos, removiendo constantemente: el caramelo debe estar espeso.
5- Hacer una prueba de cocción colocando una gota de caramelo en un plato muy frío, si al enfriar toma una consistencia firme, está bien.
6- Vierta el caramelo en círculos o cuadrados de masa (colocados en papel pergamino). Opcionalmente, puedes verterlo en mini moldes de silicona para tartas.
7- Dejar endurecer en el frigorífico durante varias horas.
8- Desmoldar y cortar en cuadrados. Siéntase libre de dar forma con los dedos.
9- Conservar en el frigorífico.
Estos caramelos se conservan perfectamente durante 2 semanas en la nevera.