Partiendo de mi receta habitual de clafoutis, hice algunas modificaciones para obtener un clafoutis soufflé, muy ligero. La textura es espumosa, es súper agradable y “pesa” menos que el clásico aparato de clafoutis (que por cierto me encanta, pero también está bien cambiar).
Para la fruta, pon lo que quieras. Tomé lo que quedaba en mi refrigerador, a saber, grosellas, frambuesas y arándanos. Vertí mi masa en moldes tipo creme brulee. Tuve 7 en total. Si vuestros moldes son más o menos grandes, tendréis más o menos raciones (¡lógico!).
Para 6-7 clafoutis pequeños:
- 100g de harina
- 60 g de azúcar en polvo
- 4 huevos (claras y yemas separadas)
- 10 cl de leche condensada azucarada
- 20cl de leche
- 250 g de frutos rojos mixtos y moras
1- Verter la harina y el azúcar en un bol.
2- Agrega las yemas de huevo, la leche condensada y la leche, batiendo sobre la marcha.
3- En otro bol, batir las claras de huevo con una batidora eléctrica.
4- Viértelas en la mezcla de harina/azúcar/yema y leche e incorpóralas delicadamente con unas varillas (la varilla facilita la incorporación de las claras batidas a una preparación líquida).
5- Divida la mezcla de clafoutis en moldes (como un molde de crème brûlée, por ejemplo).
6- Cubrir con frutos rojos y bayas negras.
7- Coloca los moldes en una bandeja para hornear.
8- Precalienta tu horno a 180°C y hornea por 20 minutos. Se hincharán como un soufflé.
9- Deja enfriar y sírvelas aún calientes o frías.