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Las fresas finalmente han llegado para la recolección. ¡Trajimos 3.5 kg! Y que buenos son. ¡Lo comemos en cada comida, hacemos mermeladas y también helados!
El año pasado hice un sorbete de fresa pero reconozco que prefiero el helado. Así que probé una nueva receta basada en mi helado de frambuesa que me encantó.
Tenía razón porque la fresa está muy bien desarrollada. Su fragancia es magnífica. La acidez de la fruta está precisamente dosificada en relación al azúcar. Su color rosa caramelo lo hace realmente irresistible 🙂
Para 1 litro de sorbete:
- 250 fresas dulces
- 175g de azúcar
- 15cl de agua
- 50cl de requesón
1- Lavar las fresas, quitarles el tallo y triturarlas.
2- Verter el agua y el azúcar en un cazo y derretir a fuego medio hasta obtener un almíbar. Dejar enfriar.
3- Verter el almíbar sobre los 260g de coulis y mezclar. Reservar en el frigorífico para que se mantenga fresco.
4- Agrega el queso blanco a la preparación.
5- Saca el bowl de tu heladera del freezer, enciéndelo y vierte la preparación de fresas. Deténgase cuando la consistencia se vuelva firme pero aún un poco suave (después de 20 minutos). Verter en una bandeja y congelar durante 2-3 horas antes de servir.
