En este momento, ya no sabemos con qué pie bailar. De repente, está soleado y templado y al día siguiente hace frío y nieva. Cuando llevas un blog de cocina, es difícil acertar a la hora de proponer recetas acordes con el clima. Pero creo que lo dejé ir en realidad. Al fin y al cabo, las recetas las haces cuando quieras y no el mismo día que se publican.
Para ir a mi receta, hice esta hace unos días: lasaña que retoma los códigos del cordon bleu (pollo, jamón, emmental y pan rallado) y le añado una verdura que hace que este gratinado sea más equilibrado. Y aunque la espinaca no es la verdura más gourmet que hay, en este gratinado me parece ideal. E incluso creo que se puede pasar con niños (¿si ponemos menos quizás?).
Para 4 personas :
- 2 pechugas de pollo
- 6 láminas de lasaña fresca
- 2 rebanadas de jamón
- 250 g de espinacas congeladas
- 30 cl de nata espesa
- 50 g de queso emmental rallado
- Migas de pan
- Sal pimienta
1- Cortar el pollo en trozos pequeños.
2- Picar las lonchas de jamón.
3- Calienta un poco de aceite y cocina las espinacas.
4- Cuando ya no estén congelados, escúrrelos y luego agrega el pollo. Sal, pimienta y cocina por 10 minutos.
5- Fuera del fuego, añadir 2 cucharadas de nata fresca y el jamón.
6- Vierta dos láminas de lasaña en el fondo de una fuente para gratinar.
7- Agregar la mitad de la preparación de espinacas.
8- Cubrir con queso rallado.
9- Cubrir con dos láminas de lasaña. Verter el resto de la preparación y el queso.
10- Terminar con las últimas láminas de lasaña.
11- Untar la nata fresca y cubrir con queso y pan rallado.
12- Precalentar el horno a 180°C y hornear durante 20-25 minutos.