Gracias a la remolacha, puedes obtener una pasta rosada bastante suave. Pensé que el color habría sido más brillante, pero se desvanece un poco cuando se cocina. Sin embargo, siguen siendo bonitos y apetitosos.
El sabor a remolacha está un poco en el retrogusto.
Para ver la lista completa de mis pastas de color, haga clic aquí.
Para 2 personas:
- 60 g de remolacha cocida
- 1 huevo (tamaño mediano)
- 200g de harina T45
- 1 cucharada de aceite de oliva
1- Vierta el huevo con la remolacha picada en el bol de una batidora pequeña.
2- Mezclar la preparación hasta que quede perfectamente homogénea.
3- Verter la harina, la mezcla de huevo/remolacha y el aceite en un bol.
4- Amasar hasta obtener una bola homogénea. Si es necesario, agregue un poco de agua. La masa debe quedar blanda y no pegajosa.
5- Reservar la masa en film transparente durante 2 horas en el frigorífico.
6- Para facilitar el manejo, dividir la masa en dos. Reserva la segunda mitad de la película mientras esperas.
7- Aplanar la primera mitad de la masa y pasarla por la muesca 1 de la máquina. Planchar por segunda vez.
8- Cambia de muesca, coge la siguiente y pasa la masa dos veces seguidas.
9- Repetir de esta manera hasta el paso 5 (penúltimo paso).
10- Añade la máquina de tagliatelle a tu máquina de pasta.
11- Cortar la tira de masa por la mitad para obtener tagliatelle de una longitud razonable.
12- Pasar estas dos tiras por el utensilio para tagliatelle y secarlas en un secador de repostería, cuidando de no superponerlas.
13- Repetir con el resto de la masa reservada.
14- Deje secar la pasta durante varias horas a temperatura ambiente.
15- Pon a hervir una olla grande de agua con sal.
16- Contar 3 min de cocción.