Como me encanta la pannacotta, ya no me basta con un sabor, hice bi-gusto 😉 hice una base de pannacotta de frambuesa y otra de chocolate blanco. Entre las 2 capas, se esconde una pequeña frambuesa fresca y chocolate blanco triturado que aportan crujido y frescura.
Para 6 vasos:
Panna cotta de frambuesa
- 25 cl de nata liquida
- 2 g de hojas de gelatina
- 80g de frambuesa
- 60g de azúcar
Panna cotta de chocolate blanco
- 25 cl de nata liquida
- 2 g de hojas de gelatina
- 10 cuadrados de chocolate blanco (unos 50g)
- 30g de azúcar
Panna cotta de frambuesa
1- Vierta las frambuesas (reservar 6) y el azúcar en una cacerola y caliente removiendo hasta que las frambuesas se reduzcan a un puré.
2- Verter las frambuesas en la nata, mezclar.
3- Reblandecer las hojas de gelatina en agua fría, escurrirlas y verterlas en la nata caliente. Mezclar bien y dividir esta preparación en 6 vasitos a la mitad.
4- Reservar 1 hora en el frigorífico antes de atacar el resto.
Panna cotta de chocolate blanco
1- Calentar la nata y el azúcar en un cazo.
2- Mientras tanto, ablandar las hojas de gelatina en agua fría.
3- Triturar el chocolate blanco, (reservar un poco para poner encima la pannacotta de frambuesa) y verter la nata caliente sobre el chocolate blanco.
4- Mezclar y dejar que se derrita el chocolate.
5- Exprimir las hojas de gelatina y añadirlas a la nata.
6- Sacar los vasitos del frigorífico, añadir una frambuesa en el centro y unas pepitas de chocolate blanco.
7- Repartir la nata blanca en los vasitos y dejar reposar 6 horas en el frigorífico antes de la degustación.