Es una receta muy antigua (una de las primeras escritas en mi libreta personal) que había hecho y quería presentártela. Para el desayuno o la merienda, no te prives de estas canicas. También puedes sustituir la avellana por coco, debería quedar igual de delicioso. Por otro lado, si prestas atención a tu línea, sigue tu camino. Es rico en mantequilla. Pero eso es lo que le da sabor también, un poco como un bizcocho.
Para 1 canica o 6 pequeñas:
- 250 g de mantequilla blanda
- 250g de azúcar
- 250g de harina
- 5 huevos
- 1 paquete de levadura en polvo
- 2-3 cucharadas de polvo de avellana redondeado
- 2 cucharadas colmadas de cacao amargo en polvo
1- En una sartén, tostar en seco el polvo de avellana para potenciar su sabor.
2- En un bol, trabajar la mantequilla con el azúcar hasta que la mezcla sea homogénea. Añadir los huevos uno a uno.
3- Añadir la harina tamizada y el polvo de hornear, removiendo.
4- Dividir la masa en 2: Incorporar el cacao en una mitad y el polvo de avellana en la otra.
5- Verter la masa alternativamente en un molde y hacer marmolear con un cuchillo.
6- Hornear durante 45 minutos a unos 180°C.